La resurrección de los muertos
Parte 1
(Juan 5: 25-30)
Juan 5:25-30) 25 “En
verdad les digo: La hora se inicia, y es ahora cuando los muertos oirán la voz
del Hijo del Padre Altísimo, y los que hayan hecho caso vivirán. 26 Porque así como el Padre
tiene vida en sí mismo, así ha concedido también al Hijo el tener vida en sí
mismo. 27 Y le ha dado
autoridad para hacer juicio, por cuanto es Hijo del hombre. 28 No
se asombren de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las
tumbas recordadas oirán su voz 29 y resucitarán, los que
hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas indecentes
a una resurrección de juicio. 30 No puedo hacer ni una sola
cosa por mi propia iniciativa; así como oigo, juzgo; y el juicio que yo dicto
es justo, porque no busco mi propia voluntad, sino la voluntad del que me
envió.”
(Los
versículos en color negro, se analizarán en el subsiguiente artículo)
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Este
texto revela que la vida eterna es posible por medio del Cristo, el cual es la
descendencia prometida por el padre eterno justo y fiel desde génesis 3:15.
Analizaremos
el concepto de estos versículos, uno por uno, para que quede bien claro lo que
realmente señala y enseña por medio del espíritu de la verdad que conducía al
apóstol Juan. Explica quienes resucitarán y en que condición se efectuará.
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(Juan 5:25a) “En verdad les digo: La hora se inicia, y es ahora, cuando
los muertos oirán la voz del Hijo del Padre Altísimo, y los que hayan hecho
caso vivirán…”
¿Por qué dice el Cristo que la hora o el
tiempo de la resurrección se inicia, y afirma que es ahora? La repuesta la da
él mismo al decir:
(Juan 11:25-26)
25 “Yahoshúa el
Mesías le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida. El que ejerce fe en mí,
aunque muera, llegará a vivir; 26 y
todo el que vive y ejerce fe en mí no morirá jamás. ¿Crees tú esto?”.
Por
medio de la ley de Moisés el género humano estaba condenado a morir por el hecho
de que no hubo, no hay, ni habrá quien la pueda cumplir a plenitud.
La
ley misma demostró que era imposible recuperar para la creación terrestre
inteligente la relación con el Padre Soberano, porque absolutamente todos somos
pecadores por herencia por causa de la desobediencia de nuestros ascendientes,
Adán y Eva.
(Hebreos 10:1)
“Porque, puesto que la Ley tiene
una sombra de las buenas cosas por venir, pero no la sustancia misma de las
cosas, los hombres nunca pueden con los mismos sacrificios que ofrecen
continuamente de año en año perfeccionar a los que se acercan”.
(Gálatas 3:10-14)
10 “Porque todos
los que obedecen las obras de ley están bajo desaprobación; porque está
escrito: “desaprobado es todo el que no continúa en todas las cosas escritas en
el rollo de la Ley a fin de hacerlas”. 11 Es evidente que mediante la ley nadie es declarado
justo para con el Padre Altísimo, porque “el justo vivirá a causa de la fe”. 12 Entiendan, la ley no se adhiere
a la fe, sino que “el que cumple la ley vivirá por medio de cumplir las obras
de la ley”. 13 Cristo
por compra, nos libró de la desaprobación de la Ley, llegando a ser desaprobado en lugar
de nosotros, porque está escrito: “Desaprobado es todo aquel que es colgado en
un poste de madera”. 14 El
propósito fue que la bendición de Abrahán llegara a ser para las naciones por
medio de Yahoshúa el Mesías, para que mediante nuestra fe recibiéramos el
espíritu prometido.”
El
cumplió la ley y por medio de las obras de ley recibió la aprobación del padre
altísimo.
(Mateo 5:18)
“porque en verdad les digo que antes pasarían el cielo y la tierra que pasar de
modo alguno una letra diminuta o una pizca de una letra de la Ley sin que
sucedan todas las cosas.”
(Mateo 16:21)
“Desde ese tiempo en adelante Yahoshúa el Mesías, empezó a mostrar a sus
discípulos que él tenía que ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas de parte de
los ancianos y de los sacerdotes principales y de los escribas, y ser muerto, y
al tercer día ser levantado.”
(Hebreos 13:20)
“El Padre Altísimo de la paz, que hizo subir de entre los muertos al gran
pastor de las ovejas con la sangre de un pacto eterno, a nuestro Señor, Yahoshúa
el Mesías.”
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(Juan 5:25) “En verdad les digo: La hora se inicia…”
La
hora, el momento, el período de espera para el cumplimiento de génesis 3:15
terminó. La promesa del padre Altísimo cobraba vida. Dejó de ser una promesa
escrita y pasó a ser promesa viva y palpable.
(Génesis 3:15)
“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y la
descendencia de ella. Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el
talón”.
La
descendencia prometida por el padre altísimo era ya una realidad para toda la
humanidad vendida al pecado y la muerte por la primera pareja, Adán y Eva. La descendencia
prometida estaba en plena labor en cumplir la voluntad del padre eterno justo y
fiel.
(Hebreos 10:7)
“Entonces dije yo: “He venido (en el rollo del libro está escrito de mí) para
hacer tu voluntad, oh Padre Altísimo’”.
Estaba
en pleno desarrollo, por fin, el período en que la descendencia prometida,
Yahoshúa el Cristo, se presentara como el cordero del padre altísimo para
destruir toda la obra de maldad del querubín caído. Por este hecho la humanidad
entera, por medio de las obras por la fe en el Cristo, sería justificada por
bondad inmerecida del pecado heredado de nuestros primeros padres, Adán y Eva.
(Juan 1:29)
“Al día siguiente contempló a Yahoshúa el Mesías que venía hacia él, y dijo: “¡Vean,
el Cordero del Padre Altísimo que quita el pecado del mundo!
(Mateo 7:21-23)
21 “No todo el
que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que
hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel
día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos
demonios, y en tu nombre ejecutamos muchas obras poderosas?’. 23 Y sin embargo, entonces
les confesaré: ¡Nunca los conocí! Apártense de mí, obradores de la injusticia.”
Vino
a establecer la verdad y la vida del padre soberano para todos los que lo
buscan con espíritu y con verdad.
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(Juan 5:25b) “… y es ahora cuando los muertos oirán la voz del Hijo
del Padre Altísimo, y los que hayan hecho caso vivirán,…”
Y
dice “y es Ahora…”,
porque él estaba en la tierra como hombre perfecto para cumplir la voluntad del
padre glorioso, justo y fiel.
Antes
de la llegada a la tierra de Yahoshúa el Cristo el mesías y del cumplimiento de
la ley a plenitud, nadie tenía la posibilidad de lograr vivir del modo que el
padre excelso había establecido a la creación inteligente en la tierra,
perfecta, justa y con libre capacidad de decidir por sí mismo. Por desobediencia
de Adán y Eva, todo se había perdido sin posibilidad alguna de lograr la gloria
del padre eterno y vivir eternamente bajo la soberanía del padre justo y fiel.
(Romanos 3:23-24)
23 “Porque todos
han pecado y no alcanzan a la gloria del Padre Altísimo, 24 y es una dádiva que por
su bondad inmerecida se les está declarando justos mediante la liberación
por el rescate pagado por Cristo la descendencia prometida.”
Desde
Abel hasta el fin de este sistema de vida los muertos resucitarán. Por supuesto
que cuando dijo “y es ahora”, no se refería
que las resurrecciones de efectuarían en ese momento o época. Se refiere que
por medio de su sacrificio en la tierra como el cordero del padre justo y fiel
en el futuro, cuando el padre altísimo así lo decida, lo que oigan la voz de
nuestro sumo sacerdote y rey vivirán, resucitarán. Como preguntó Yahoshúa el
Cristo: “¿Crees tú esto?”.
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(Juan 5:26) “Porque
así como el Padre tiene vida en sí mismo, así ha concedido también al Hijo el
tener vida en sí mismo.”
¿Qué
significa tener vida en sí mismo? Bueno, bien sabemos que el hijo primogénito
del creador soberano, de acuerdo a las escrituras, fue el obrero maestro en la
creación tanto espiritual como en la tierra.
Si
bien el unigénito del padre soberano creaba el diseño proporcionado por el
creador altísimo, la vida que recibían los seres inteligentes tanto en el cielo
como en la tierra procedía del padre altísimo por el hecho de ser Él la esencia
de la vida.
El
hijo, el obrero maestro estaba incluido. Recibía o existía, por medio del poder
de vida que el padre genera a todos los que viven en la región espiritual y
también en la tierra.
En
el principio el hijo del padre eterno era un espíritu mortal a pesar de ser el
primogénito. Cuando es enviado a la tierra como hombre perfecto, como ya se
sabe, era un hombre perfecto con vida eterna, pero también mortal.
¿Qué
demuestra que era mortal?
Lo
demuestra el hecho de que el padre altísimo engendró a su hijo y cuando llegó
el momento de que comience el cumplimiento de génesis 3:15, traslada la vida
espiritual de su hijo a una condición en la carne, en el vientre de Mírian.
Luego,
como hombre muere siendo el cordero del padre justo y fiel, que quita el pecado
del mundo.
Pero
ahora, Yahoshúa el Cristo revela algo extraordinariamente maravilloso. El padre
le concede vida en sí mismo. Él es el primogénito de una nueva re-creación.
Veamos este asunto:
Ya
sabemos que Yahoshúa el Cristo fue engendrado por el padre altísimo en los
cielos. Es el primer y único hijo del padre soberano.
Él
fue el primer y único hijo engendrado en el vientre de Mírian, la esposa de
José.
Y
por último el padre lo engendró para reinar y ser sumo sacerdote dentro de una
nueva creación en la región espiritual. A esta nueva creación la realiza el
Cristo la descendencia prometida. Entiéndase bien, la crea, no la engendra.
Estos
seres espirituales creados por el Cristo en los cielos de los cielos, son los
que formarán el reino subsidiario del Cristo y la vida que reciben en los
cielos no emana del padre soberano, sino directamente del sumo sacerdote y rey
de reyes y señor de señores, es decir, del hijo unigénito del padre excelso y
soberano. Quien entregará a su padre la soberanía absoluta en el octavo día (el octavo día se explicará más adelante).
Por
esta razón en las escrituras leemos lo siguiente:
(1 Timoteo
6:15-16) 15 “Esta manifestación la
mostrará a los propios tiempos señalados el feliz y único Potentado, el Rey de
los que reinan y Señor de los que gobiernan como señores, 16 el único que tiene
inmortalidad, que mora en luz inaccesible, a quien ninguno de los hombres
ha visto ni puede ver. A él sea honra y poderío eterno. Amén.”
El
Cristo la descendencia prometida hoy mora en luz inaccesible, por esta causa
dice el texto que ningún hombre lo ha visto ni puede ver.
Los
seres humanos jamás vieron a Yahoshúa el Cristo en esta nueva condición de vida
otorgada por el padre altísimo, como tampoco jamás lo verán.
Claro,
quizás digan…los hombres lo vieron cuando estaba en la tierra. Entiéndase que
ya nadie puede ver al Cristo quien hoy emana gloria inaccesible.
Entonces
quizás piense: Moisés vio la gloria del hijo del padre soberano en el monte
Sinaí. Entienda esto: Moisés solo vio el reflejo de la gloria del hijo del
padre soberano.
Entienda
esto: para ver a Cristo la descendencia prometida en gloria inaccesible se debe
tener la misma condición que él hoy posee.
Solo
los 144 mil que estarán con él en el cielo podrán ver al sumo sacerdote y rey
de reyes. Estos estarán condicionados de manera espiritual para estar presentes
ante el Cristo y para entrar y salir del templo espiritual en los cielos para
ejecutar las ordenanzas del rey de reyes tanto en los cielos como en la tierra.
Por
lo tanto se entiende que: el Cristo la descendencia prometida que ahora reside
en luz inaccesible, fue visto tanto en los cielos como ángel mortal y en la
tierra como hombre mortal. Hoy el Cristo la descendencia prometida en la
condición de vida inmortal con gloria inaccesible, absolutamente nadie lo vio
ni lo verá en esta nueva condición de vida. Solo aquellos que él mismo ha
llevado para que estén a su lado, los 144 Mil escogidos de la tierra que lo
siguieron aún hasta perder la vida.
(Revelación 22:3-4)
3 “Y ya no habrá
ninguna desaprobación. Pero el trono del Padre Altísimo y del Cordero estará en
la ciudad, y sus esclavos le rendirán servicio sagrado; 4 y verán su rostro,
y tendrán su nombre en sus frentes.”
Ahora ¿por qué el Padre justo y fiel, le
concede vida inmarcesible, incorruptible e inmortal al Cristo? Porque se lo
ganó por merito propio. Veamos este asunto.
Yahoshúa
el Cristo, cuando nace como hombre en la tierra de una familia israelita, nace
siendo perfecto. Por esta perfección, él cuando comienza su ministerio de las
buenas nuevas, no comete ni un solo error al cumplir la ley de Moisés.
Las
escrituras específica con toda claridad que todo aquel que cumpla la ley de
Moisés vivirá por mérito propio, por haber cumplido con lealtad a plenitud.
(Romanos 10:5)
“Porque Moisés escribe que el hombre que ha cumplido la justicia de la Ley
vivirá por ella.”
Yahoshúa
el Mesías, nace con vida eterna a la manera de Adán. Al cumplir la ley impuesta
por el creador soberano sobre la humanidad descendiente de la primera pareja
humana, gana con mérito propio al cumplirla con lealtad a plenitud. De este
modo es como si tuviera dos vidas eterna, una por haber nacido eterno y la otra
por haber cumplido la ley de Moisés. Es decir, logra vida eterna en abundancia más
allá de la vida eterna normal. Pero, como ya sabemos fue asesinado por aquellos que él mismo venia a salvar. De manera
que muere con abundancia de vida eterna, algo imposible para cualquier ser
humano. Por esta causa el Padre justo y fiel esas aparentes dos vidas eternas
del Cristo sobre la tierra, la transforma y lo engendró ahora con vida
incorruptible e inmortal.
Sé
que esto difiere de las enseñanzas de la cristiandad, pero esta es la verdad de
las escrituras.
(Hechos 3:19-21) 19 “Arrepiéntanse,
y vuelvan de sus hechos para que sean borrados sus pecados, para que vengan
tiempos de consuelo de parte del Padre Altísimo 20 y para que él envíe al Cristo nombrado para ustedes,
21 a quien el
cielo, tiene que retener dentro de sí hasta los tiempos del restablecimiento de
todas las cosas (en el
octavo día) de
que habló el Padre Altísimo por boca de sus profetas de tiempo antiguo.”
(Continúa en artículo 2)
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